Nada es para siempre, ni lo bueno ni lo malo, y eso es justo lo que hace al presente tan interesante. No solo es la vivencia del momento, el ser consciente del aquí y ahora; el presente tiene mucho de rampa móvil a medio camino de lo que sentí y sentiré , es una relación extraña con uno mismo, eres consciente de que algo se está escapando constantemente y a la vez es real, lo puedes llegar a tocar a pesar de que notas que se escapa.

 

Vivir el presente no es fácil, estamos muy preocupados por el “que pasará” con tal o cual tema y por el “que pasó”, y esas circunstancias nos preocupan y ocupan nuestra mente, haciendo muy difícil tener conciencia del aquí y ahora.

Por lo general, nuestra mente se encuentra en clave de pasado recordando situaciones y hechos o en clave de futuro, presuponiendo posibilidades con una cierta dosis de ansiedad, y que nos genera el archiconocido estrés con el que convivimos la inmensa mayoría de las personas; en cualquier caso, lo que sí está sucediendo, es que nuestro presente pasa por delante nuestro y apenas lo disfrutamos, se escapa, somos incapaces de retener el momento y esa es su grandeza y su miseria, su frugalidad, su inmediatez,.., es efímero, dura muy poco y sin embargo, es eterno. Siempre estamos en presente.

 

Todo lo que me hace sentirme vivo es presente. El pasado y el futuro, o se fue o vendrá, lo único que vivimos es el presente y debemos tener el firme propósito de vivirlo con conciencia plena, antes de que se escape,..,es irrepetible. Hoy es el primer y el último día de tu vida.